Conociendo a Verónica Álvarez Rivera: escritora, narradora, docente y actriz

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Entramos a su universo literario a partir de su nuevo cuento, novedad de Editorial Uranito, que nos llegara a la redacción de la revista. Allí, de la mano de una historia divertida, ocurrente y muy imaginativa, “El pirata nariz de batata”, descubrimos a una personalidad multifacética, que no sólo ama escribir sino narrar historias oralmente, es actriz y además docente.

“El pirata nariz de batata” es una invitación a los pequeños lectores a zambullirse con gozo al mundo de las aventuras colmadas de humor y fantasía, y no sólo por su prosa sino también por sus ilustraciones de Laura Aguerrebehere, que enriquecen ese mundo narrativo, dándole los más detallados personajes y brillantes colores.

Cada dibujo es un cuadro para observar minuciosamente, y no perderse nada de lo que sucede, hasta los rincones tienen información sustanciosa para deleitar los sentidos.

Estas impresiones, como una ventana abierta al descubrimiento y al placer que provocan las historias, nos llevaron a conocer a la escritora detrás del cuento, Verónica Álvarez Rivera, una promotora incansable de la lectura; su misión es que tanto niños como adolescentes disfruten de este mundo sin igual, que promete una vida tan rica como inolvidable. “La lectura es una puerta abierta a un mundo encantado” (François Mauriac, periodista, crítico y escritor francés, 1905-1970)

 

QHM:-Se te conoce principalmente como narradora de cuentos, y como actriz ¿Cómo surge tu amor por la literatura y por contar historias? ¿cuáles son tus primeros recuerdos?

Verónica Álvarez Rivera:-Desde que alcancé la posibilidad de leer, entre los cinco y seis años me desesperaba por los libros. Mi mamá, maestra de primaria, tenía muchos manuales de texto en donde había cuentos en los segmentos de Lengua y literatura. Los devoraba, poesía, cuentos, capítulos de alguna novela. La biblioteca docente de mi madre fue mi primera experiencia. A los siete ya pedía que en mi cumpleaños me regalaran libros, los de la colección Robin Hood eran mis favoritos.

Recuerdo dejar a los invitados a cargo de mi hermano mellizo para correr a mi cuarto a comenzar la lectura de “Ricitos de Oro”, “Heidi”, “Papaíto Piernas largas” o “Violetta”. Reto mediante, volvía para cumplir con el ritual de apagar las velas de la torta, pensando en que apenas el festejo terminara, podía continuar con mis libros.

 

-También dictás talleres de narración oral. A tu parecer, ¿quiénes deberían aprender a contar cuentos? ¿qué beneficios produce en los niños y jóvenes compartir historias, contarlas o recibirlas, según tu experiencia? ¿Alguna anécdota para contar?

Dicto talleres de narración con soporte de texto. La intención es que los narradores orales puedan en su acción, contar con el libro como soporte del texto; mostrar las imágenes y utilizar diversos recursos además de la voz y el cuerpo para intensificar y potenciar el libro como un objeto valioso, lúdico y maravilloso.

Creo que todos podemos aprender a contar cuentos, sólo basta apasionarse, encontrarle la vuelta a esa historia que haga que el que la escucha tenga la intención de volver a buscarla. Los chicos y chicas que participan de mis espectáculos reaccionan con emoción, esa es mi intención. Van luego a la mesa de libros que me acompañan en mi valija viajera y los toman, los hojean, los leen, miran las ilustraciones. Es una buena señal. Ese efecto residual, esa acción colateral, los lleva a las bibliotecas, a las librerías, y también sucede en los adultos que se acercan a preguntar dónde se consigue el libro. El beneficio es sin duda alguna saber que a pesar de tanta tecnología y medios electrónicos, el libro se les presenta como una opción de diversión. No necesita carga de baterías, funciona sin electricidad y se transporta con facilidad a todos lados. A esto sumemos que activa la imaginación, enriquece el lenguaje, la comprensión de textos y mejora la ortografía.

Tengo muchas anécdotas, chicos que al volverme a ver me cuentan que ya leyeron una colección completa de historias de terror, que ahorraron para comprar un libro álbum que les encantó, que están formando su propia biblioteca. Me llena de satisfacción ser un puente entre los libros y los lectores.

 

-Respecto a la nueva historia de tu autoría “El pirata nariz de batata”, ¿cómo surge el cuento? ¿el texto fue pensado y luego se hicieron las ilustraciones? ¿o se fue trabajando en paralelo con la ilustradora?

Siempre me gustaron las historias de piratas. “El Pirata Nariz de Batata” lo tenía dando vueltas en mi cabeza, hasta que un día Andrea, una querida amiga me cuenta del viento Bura o Bora, yo quería que el barco llegara a la luna y no sabía cómo. Pues ese dato me sirvió para completar la idea, y salió volando como el mismo barco del Capitán.

Desde un principio pensé en Laura Aguerrebehere para ilustrar, me encanta su estilo y la posibilidad de que su talento complete la historia. Con el acuerdo de los editores, fuimos conversando los detalles, lo que yo escribía y Laura dibujaría, más todo lo que ella pudiera aportar. Quedó fabuloso. Ya tengo editados tres libros anteriores. Con Uranito, este es el primero que hago.

 

-¿Qué suele inspirarte a la hora de contar historias?

Cuando cuento historias, como lo hago con libro en mano, me apoyo en la inspiración del autor, luego le agrego mi impronta, mi estilo a la hora de narrar. Me hago la película y es así como lo cuento. Quiero compartir en el relato las emociones que me provoca ese texto o esas imágenes.

 

– Sos un artista multifacética, también hiciste espectáculos infantiles ¿En qué rol te sentís hoy más cómoda, y por qué?

Supongo que ahora disfruto más el unipersonal. El teatro infantil me exigía mucha energía y ahora que soy una señora grande ya el cuerpo no resiste tanto traqueteo. De todas maneras la actriz está siempre presente en las narraciones, pero más tranquila.

 

-¿Cuál es a tu criterio, la forma más eficaz de promover la lectura y escritura en los niños por un lado, y en los adolescentes por otro?

Desde la primera, primerísima infancia hay que poner a los niños en contacto con el objeto libro, para ello hay editoriales que tienen material para bebés de una calidad excelente. Que exploren esos libros, que los adultos los acompañen, pasar luego a un libro con texturas, títeres, sonidos. Ir aumentando la apuesta hasta que el hábito se consolide. Leer antes de ir a dormir, a la siesta, en momentos especialmente elegidos, promover la lectura en el aula y en la casa es fundamental. Que no sea así al pasar, que exista la intención de formar lectores desde los primeros años de vida es casi una obligación, como lo es para los chicos el derecho a disfrutar de los libros. Y al llegar a la adolescencia comprender que sus gustos han variado, entonces el terror, el amor, las aventuras, la fantasía, el suspenso, la historieta, son un buen gancho para atrapar su atención. Hay para todas las edades y los gustos. Dejarlos elegir para que desarrollen su propio criterio de selección de textos. Y si un libro no les gusta invitarlos a seguir buscando en un universo magnífico donde seguramente hallarán ese libro que los está esperando. Hay que poner a disposición de los chicos los libros. Las bibliotecas escolares, en cada hogar, las Ferias del Libro, los encuentros en las librerías, toda acción que se desarrolle para promover la lectura y el uso del libro es un gran acierto para fomentar la lectura.

 

-¿Hay alguna temática que les interese más a los chicos según sus edades?, ¿cuáles?

Cada edad tiene temas que le llaman la atención, en los más pequeños los animales suelen ser los favoritos, luego vienen los cuentos maravillosos, hadas, príncipes y princesas. Las brujas, los ogros, los monstruos sirven para vencer los temores y afrontar los propios miedos. Los cuentos tradicionales son imprescindibles. Más grandes, los chicos eligen piratas, superhéroes, chistes, novelas cortas, y a partir de los diez años el terror, el suspenso, los policiales son las preferidas. Las chicas eligen el género novela romántica, pero también se inclinan por el suspenso y el terror.

 

-¿Qué proyectos tenés en mente para el corto y mediano plazo?

Quiero seguir escribiendo. Tengo muchas ideas rondando en papelitos, cuadernos y en mi cabeza. Seguir rodando con mi valija de tesoros encuadernados, títeres y objetos diversos para contar y contagiar las ganas de leer. Transmitir en talleres de formación lo que aprendí en estos años, el cómo y por qué lo hago. Tengo la ilusión de alcanzar tanta gente como pueda para que la lectura sea parte de la vida cotidiana de grandes y pequeños, como lo fue, es y seguirá siendo en la mía, mientras tenga un libro al alcance de la mano.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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