“Mil Grullas” de Elsa Bornemann: el refugio de los niños en medio de la guerra

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Llevo varios días revisando mi biblioteca, en búsqueda de cuentos de Elsa Bornemann. Casi como ritual, los busco, los aparto y lo dejo a la vista. Abro un libro, paso sus páginas. Creo que más que una historia, busco los recuerdos enlazados en esas historias. Esta autora entró a mi vida con ¡Socorro!, en una clase de Literatura en la escuela primaria, se trata de un libro de cuentos de terror, con prólogo de Frankenstein, en el que él mismo confiesa caerse de miedo al recordar estos cuentos. Conocí además, otros libros de ella, trabajando en una librería. Las mañanas, generalmente poco pobladas en el local, las dedicaba a leer. A veces, buscaba historias, y otras veces dejaba que las historias me buscaran a mí. Una mañana, ordenando el sector infantiles, encontré caído en el piso el libro No somos irrompibles, doce cuentos de chicos enamorados. Lo puse sobre la mesa y seguí acomodando. Cuando me retiré del sector, tomé mis papeles para ir hacia otro sector de la librería. Sin darme cuenta, No somos irrompibles, venía conmigo. Así que supuse, que allí adentro, había una historia que me andaba buscando para que la lea. Así fue como leí Mil 
Grullas.

Mil Grullas cuenta la historia de dos niños, Naomi y Toshiro, en torno al suceso que conmovió a Hiroshima y al mundo en el año 1945: la explosión de la bomba atómica.
“Naomi Watanabe y Toshiro Ueda creían que el mundo era nuevo. Como todos los chicos. Por que ellos eran nuevos en el mundo. También, como todos los chicos. Pero el mundo era ya muy viejo entonces, en el año 1945, y otra vez estaba en guerra. Naomi y Toshiro no entendían muy bien qué era lo que estaba pasando”.
La historia tiene como contexto geográfico, la guerra. En el cuento, dos niños, ante tamaña destrucción en la que están inmersos, intentan construir una amistad con pequeños detalles, como gestos, miradas, silencios o palabras a cuenta gotas, en forma de Haikus.

“Lento se apaga el verano. Enciendo lámparas y sonrisas.
Pronto florecerán los crisantemos.
Espera,
Corazón”.

Durante la espera para volver a encontrarse, ocurre la tragedia.
“Hiroshima es el sol, ese seis de agosto de 1945. Un sol estallando. Recién en diciembre logró Toshiro averiguar donde estaba Naomi ¡Y que aún estaba viva, Dios! Ella y su familia, internados en el hospital ubicado en la localidad próxima de Hiroshima. Como tantos otros cientos de miles que también había sobrevivido al horror, aunque el horror estuviera ahora instalado dentro de ellos, en su misma sangre.”

Toshiro, decide entonces realizar con sus propias manos mil grullas para salvar a su amiga. Mil grullas o Semba-Tsuru, son un compendio de mil grullas de origami unidas por cuerdas. Una antigua leyenda japonesa promete que aquél que fabrique mil grullas de papel, recibirá un deseo de parte de una grulla, tal como una vida larga o la recuperación de una enfermedad.

Una vez terminadas las grullas, Toshiro corre al hospital para dárselas a Naomi. La niña muere al día siguiente y el en ese momento, el narrador, nos deja atónitos con la pregunta: ¿Cómo podían mil frágiles avecitas de papel vencer el horror instalado en su sangre?

Mil Grullas es un cuento en donde leyenda y magia se convierten en el refugio de los niños ante los actos despiadados del ser humano; es también el reflejo de la inocencia de estos niños; y tal como escribe la autora, es la historia de “Un ángel a la intemperie frente a la impiedad de los adultos”.
Elegí este cuento para conmemorar a la autora porque creo profundamente que escribir para niños, no sólo se trata de escribirles a ellos, sino también sobre ellos. A veces, es necesario meterse en su piel, para mostrar el lugar vulnerable que en muchas oportunidades, les toca ocupar. Mil Grullas es un cuento sobre la inocencia avasallada y por eso, un cuento no sólo destinado a chicos, sino que además invita a los adultos a reflexionar sobre la temática. 2/3
Elsa Bornemann (Buenos Aires, Argentina, 20 de febrero de 1952). Fue maestra nacional, se recibió de Profesora en Letras en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Buenos Aires, se doctoró y obtuvo varios diplomas de estudio en idioma inglés, alemán, italiano, latín y griego clásico. Durante la última dictadura militar, su libro Un elefante ocupa mucho espacio fue censurado e integró la lista de autores prohibidos. Ese mismo cuento fue galardonado con la Lista de Honor del Premio Internacional Hans Christian Andersen otorgado por IBBY (International Board on Books for Young People).
Ha realizado numerosos cursos y talleres sobre literatura tanto en Argentina como en otros países de América, de Europa y Japón. Muchas de sus obras han sido reproducidas en libros de lectura para la escuela primaria, en manuales de Literatura para distintos niveles, y en antologías argentinas y del exterior.

Datos del libro.

El cuento forma parte del libro No somos irrompibles. 12 cuentos para chicos enamorados de Editorial Alfaguara, pero también puede conseguirse por separado.

Ficha Técnica

Título: Mil grullas

Autor: Elsa Bornemann

Ilustradores: María Jesús Álvarez

Editorial: Alfaguara

Colección: Especiales álbum

Páginas: 48

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