Estrenó «Sarita, una niña de retazos» en Córdoba, unipersonal de Cintia Brunetti sobre violencia infantil

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«Sarita», una niña de retazos», es la historia de la madre de la actriz cordobesa Cintia Brunetti, que ahora sale a la luz. En conversación con La Voz, Brunetti contó que la obra es de teatro de objetos, que trabaja con títeres y construye escenografía con el vestuario». Una propuesta está pensada para las infancias, principalmente para chicos a partir de los 5 años y  para toda la familia.

Se trata  del primer unipersonal que Cintia Brunetti encara. La última obra en la que participó fue María Alone, sobre la historia de María Soledad Morales, en 2015. La actriz forma parte del grupo Chíngaras Teatro (con nueva obra en proceso) y dirige La Cuca y la Rossi desde 2016.

«Sarita», una niña de retazos» se pone en escena todos los domingos de octubre a las 17 hs en La Nave Escénica de Córdoba capital (Ovidio Lagos 578).

La propuesta, dirigida por Nella Ferrez, surgió luego de que Cintia hiciera un taller con la dramaturga y directora canadiense Suzanne Lebeau en 2016.

“La convocamos con el grupo Gulubú donde pensábamos el teatro para las infancias. En ese taller se despertaron algunas inquietudes en mí, entre ellas, trabajar con lo propio y con personajes reales. A partir de entrevistas construí un texto narrativo y con Nella (Ferrez) hicimos la traducción al texto escénico”, expresó Cintia.

Y agregó: «Hable con mi mamá. Le hice preguntas sobre su historia, ‘delicada y sensible’».

La obra cuenta la historia de Sarita, una niña que pierde a su mamá y queda a cargo de su papá. En este contexto, Sarita se verá obligada a dejar la escuela y a realizar las tareas domésticas de su casa. En el camino conoce a su fiel y gran compañero Chiquito, el perro acróbata, y a una misteriosa vecina, la Ñata, quien abrirá las puertas de su casa y de su corazón para construir una amistad que durará toda la vida.

La entrevista previa a la escritura abordó los ‘descuidos’ con respecto a esa niña sin mamá. Cintia comentó que no hay mucha información sobre sus abuelos.

“Mi mamá fue la que más aportó, además de mi otra abuela, que era del mismo barrio, para complementar los personajes que aparecen en la obra, como los vecinos en el mundo adulto donde hay quienes suman y acompañan y quienes restan y se hacen a un lado”, manifestó Cintia.

La forma de contar

El texto está construido desde una poética. La actriz tomó un cuento, La niña silencio de Cecile Roumiguiere, y el trabajo de la artista Victoria Silva que hace narración a partir de sus vestuarios. “Son disparadores”, dijo Cintia que decidió investigar sobre la idea de violencia sin nombrarla.

Y detalló: “Con Nella trabajamos lo poético en un tema tan complejo como es la violencia infantil. Y que, a la vez, sea profundo, potente, no explícito”.

Recuperar la memoria

“Tiene que ver con las memorias que quedan en silencio. Hay algo de la transmisión de la memoria que se puede sacar a la luz. De alguna manera quien ve la obra puede pensar en eso. El concepto de violencia infantil es para Unicef, también, ‘abandono o tratamiento negligente’. La palabra ‘violencia’ es muy fuerte. Siempre pienso que el público puede asustarse en lugar de empatizar. Pero sí hay algo del descuido que también es violencia y la obra está pensada desde ahí”, señaló la actriz.

Por último, Cintia aseguró que “Mi mamá está encantada con la idea de que esta historia se cuente. Abrió su mundo y fue muy amorosa. Incluso, tejió un vestido para Sarita, que aparece al final de la obra”, contó Cintia.

Nadie sabe que Sara es la señora que conocen como Cuqui. “Es un descubrimiento su nombre, con todo lo que eso implica en relación a la identidad. Ella no usó nunca su nombre. Es todo un movimiento. Veo que algo de eso puede salir a la luz. En la obra no hay situaciones explícitas. Al final uno dice ¡Uh!, ¡Ah!”.

Una propuesta que promete

La actriz considera que la obra ha sido un gran entrenamiento en la técnica de manipulación de objetos. Puso en juego su propia experiencia con Chíngaras y sumó la técnica, compleja, porque después de la partitura de acciones tuvo que dominar la carga emotiva y crear las voces de los personajes.

Julia Ferrero, diseñadora del vestuario, pintó la pollera a mano. Nella se encargó de títeres y objetos. La directora hizo las muñecas: Sarita en dos tamaños. Manuel Gil compuso la música original pensada para cada situación.

Con respecto a la perspectiva y abordaje de la historia real, la actriz señaló: “Dejamos de lado la mirada adulto centrista. Ya no es el adulto quien mira al niño: somos pares. Le pregunté a Suzanne Lebeau cómo diferenciaba las obras para adultos y para niños. Me dijo que era lo mismo, solo que en las obras para niños no se permite que el final no sea esperanzador, porque los niños son el futuro”. Esas palabras quedaron grabadas en Cintia que piensa en el final necesario y en la profundidad del planteo de Suzanne.

Sarita, una niña en retazos. Dirección: M. Nella Ferrez. Dramaturgia: Cintia A. Brunetti y Nella Ferrez. Diseño y realización de vestuario: M. Julia Ferrero. Diseño y realización de objetos: M. Julia Ferrero y Nella Ferrez. Composición y realización musical: Manuel S. Gil. Diseño de luces: María Belén Carranza Bertarelli. Actuación: Cintia A. Brunetti. Domingos de octubre a las 17 en La Nave Escénica, Ovidio Lagos 578 – Barrio General Paz. Duración aprox. 55 minutos.

Entradas: $500. Reservas a través del siguiente formulario: http://shorturl.at/mEJX9

Fuente: Vos/La Voz del Interior.

 

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