Tom Sawyer, personaje inolvidable: niño aventurero de la literatura

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Una aventura es una experiencia de naturaleza arriesgada normalmente compuesta de eventos inesperados, en muchas ocasiones estando presente cierta clase de peligro, así son los días de Tom, llenos de aventuras ¿Pero, a qué Tom me refiero, ¿quién es Tom? ¿será Tomás, el que sale a buscar bichos debajo de las macetas del balcón?, ¿será Tomasito, el que se escapó en triciclo a dar la vuelta manzana y casi le provoca un ataque cardíaco a su mamá?, ¿o será Tomi, el que le ganó el partido de play a su tío que ya va a la facultad?

Tom en realidad es Thomas Sawyer, aunque nadie le dice su nombre completo. Podríamos decir que es un personaje, ¡y vaya personaje! Si alguna familia de la actualidad tuviera la ventura de acogerlo en su casa por una temporada seguramente ocasionaría los mayores desbarajustes hogareños de la historia. De solo pensar que va a escaparse por la ventana y en lugar de ir al colegio se irá a nadar al río y volverá muy campante a la hora de cenar, o que se animará a meterse de noche al cementerio junto a un amigo y presenciar un asesinato, o que pasará días en una isla jugando a los piratas mientras todos lo dan por muerto; cualquiera estaría pidiendo cita urgente con cuanto gabinete psicopedagógico tenga a su alcance o con algún psiquiatra recomendado para padres.

Pues Tom es así, un personaje inolvidable de la literatura. “Las Aventuras de Tom Sawyer de Mark Twain es un novela de 1876 que relata las ocurrencias de la infancia de Tom Sawyer, este personaje de ficción del que hablo y que vive a las orillas del río Mississippi, en el sur de Estados Unidos.

A través de los ojos de sus personajes, el autor nos ofrece la visión de una doble realidad: la del mundo infantil, primitivo, que el lector adulto ya ha perdido, y la del mundo adulto, confuso e ilógico, asentado en unas convenciones que no resultan ser preferibles en ningún aspecto, desde los códigos de un niño. Esta es una novela que no olvidará ningún lector joven y que acaso hará recordar y sonreír al adulto.

A partir del libro se hicieron series de dibujos animados que muchos evocarán, y también películas. Para nuestros pequeñines quizás el libro sea extenso de leer, pero gracias a la tecnología, se  pueden ver algunos capítulos de la serie o la película por Internet.

Tom Sawyer vive con su tía Polly y su medio hermano Sid. Podría decirse que Tom es terrible e ingenioso y Sid educadamente detestable. El pobre Tom va de reprimenda en reprimenda gracias a sus propias travesuras o a las que se liga por alcahueterías de Sid.

Los chicos de hoy pueden comparar la rigurosidad de la crianza de aquella época y a la vez la libertad de la que gozaban los niños fuera de sus casas. El hecho de salir a jugar significaba tener el pueblo entero como patio de juegos.

“Las Aventuras de Tom Sawyer” tiene escenas deliciosas creadas a partir de las ocurrencias de este niño, como aquella en la que su tía lo castiga mandándolo a pintar una larga cerca a la hora en que todos iban a divertirse al río. Tom hábilmente convence a sus amigos para canjearles pequeños tesoros por el privilegio de hacer su trabajo. O cuando junto a dos amigos se escapan a una isla y mientras disfrutan de su nueva libertad, se dan cuenta de que el pueblo entero los busca. Tom regresa silenciosamente y se cuela en su casa una noche para observar la conmoción causada por su escapatoria, y se le ocurre la idea de aparecer en su propio funeral.

También son bellas aquellas escenas en las que el amor pasa por sus páginas, un ángel de largas trenzas rubias y ojos azules deja a Tom caminando entre nubes, es Becky Thatcher, la hija del nuevo juez del pueblo. Aunque eso no interfiere para flechar su corazón, y convencerla de comprometerse con él.

La amistad es otra cuestión central en la obra de Twain y tiene ese valor que anida en el corazón de un niño.  Huckleberry Finn, no es el amigo que una madre elegiría para su hijo, ya que ni siquiera va a la escuela, pero es el amigo que Tom elige y su compañero de tantos secretos y andanzas.

Desde las aventuras más sencillas hasta las más peligrosas. Desde simular un dolor de dedo hasta estar al filo de la muerte, desde darle el valor de un tesoro a un escarabajo, hasta encontrar un verdadero tesoro oculto. Todo eso hace que Tom Sawyer sea uno de los niños aventureros de la literatura que vale la pena recordar.

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Analía Juan
Mamá de Mateo, un angelito que la cuida, y de María Celeste y Ana Victoria; gracias a ellas descubrió el camino de la literatura infantil, fue poner un pie y ya no quiso salirse de esa senda. Cree profundamente en el potencial creador de los niños y siente que leerles cuentos y poesías es otra forma de acariciar. Escritora, docente y Coordinadora de Talleres de Literatura para niños y adultos en Jesús María y Colonia Caroya, Córdoba, Argentina. Como Coordinadora de talleres literarios para chicos, ha conseguido que sus alumnos se destaquen, obteniendo en varias oportunidades primeros puestos en concursos nacionales como el destacado Concurso Literario Nacional “¿Quién apaga las estrellas?” del Espacio Cultural Nuestros Hijos (ECuNHi), de la Asociación Madres de Plaza de Mayo.

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