¡Bienvenido al puente en la Argentina que se viene! Adiós a la grieta…

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Para mí, Justina Esperanza, los tiempos han cambiado. Se respira un nuevo aire, hay cierta frescura y energía renovada en la gente a partir de la llegada de este nuevo gobierno nacional que abraza la diversidad, la diferencia, apunta al diálogo, a la equidad y a la justicia social.

Ahora podremos o al menos estamos habilitados desde el discurso en el poder y no del poder, a ser libres y auténticos sin que otros nos estén juzgando porque no entramos en los cánones establecidos por la sociedad que impone severa. Podemos ser nosotros mismos más cómodos, por decirlo de algún modo, porque el nuevo gobierno presidencial, su estructura y modelo de país, -el que acaba de arrancar este 10 de diciembre- avalan todo aquello que necesitamos para ser una sociedad mejor.

Pienso si estaremos a la altura de las circunstancias de todo lo planteado por el presidente Fernández en su primer discurso al pueblo. Me pregunto lo mismo que él se preguntó, nos preguntó: “Seremos capaces, como Argentina Unida, de atrevernos a construir esta serena y posible utopía a la cual nos llama hoy la historia?, ¿Seremos capaces como sociedad?, ¿Seremos capaces como dirigentes?”

Al menos en nuestras tierras ya se diluye de a poco el discurso del odio y de la grieta, ya no es el mandato simbólico hegemónico, el imperante. Ya no habrá grietas no porque ahora todos comencemos a pensar igual, -dado que eso es imposible-, sino por el contrario, porque todos tendremos el derecho a pensar distinto y podremos hacerlo, haciendo cada uno sus aportes y logrando consenso. Eso es lo que hay que hacer: no querer combatir al otro, ese otro enemigo, sino respetarlo y avalarlo en su diferencia.

La grieta ya fue, como le gusta decir a la gran mayoría cuando algo caducó y ya no tiene la misma fuerza que antes. Ahora es tiempo de tender puentes, considerar e incluir a todos y a todes.

Todes, sí, todes. Yo, Justina Esperanza, que soy bastante obsesiva con el uso del idioma, entiendo también que ese todes parte de una postura política, ideológica, de incluir al distinto ya desde el lenguaje que nos construye y nos define. No existe aquello que no nombramos y que no le damos el lugar que merece desde lo simbólico, en principios. Y qué mejor que irrumpir con algo absolutamente diferente que comunique la idea: “acá estamos, no nos invisibilizamos más y lucharemos por nuestros derechos hasta conseguirlos y que se respeten”.

Ya sé, ya sé lo que van a pensar… Que estoy loca, que soy soñadora, que soy ilusa, o simplemente una romántica. O quizás, es posible que el que no coincida para nada con esto que escribo,  me ponga el mote de “peroncha”, “planera”, y tantos otros descalificativos más. Porque vieron ustedes que cuando los insultos vienen en cataratas, lo menos que puede esperarse es: kirchnerista del or…., negra planera, y mil cosas más. Se pone a todes en una bolsa.

Ya sé, ya sé otra vez… abro el paraguas por las dudas. Pero bueno, qué otra me queda si me meto con un tema álgido. Así pienso…

Y de paso, para los que no me conocen, no soy kirchnerista, ni planera. Soy feminista, plural y comprometida con ciertas ideas. También soy muy intenso, aunque a veces encuentro la moderación que también me gusta.

Me mantengo sola económicamente, siempre escribiendo. Y espiritualmente fluyo en la vida gracias a amistades que supe conseguir y conservar en el tiempo, también me ayuda a subsistir mi incondicional amor al arte que tantas satisfacciones me trae. Y otra cosa que me mantiene viva es un increíble y algo sospechoso –lo admito- confianza en la humanidad, en la nobleza y en la bondad de los seres humanos a pesar de todo.

Así soy yo, Justina Esperanza. Pasan y pasan los años y sigo creyendo en una sociedad y mundo mucho mejores. Por eso por estos días me van a ver cantando por la calle, más contenta y esperanzada que nunca. Me doy cuenta, solita nomás, que tengo una sonrisa dibujada en el rosto, aún en aquellos días difíciles en los que las cosas no me salen bien, como nos pasa a todos.

Elijo creer y confiar, insisto. Este 2020 la palabra será puente, ese dispositivo que nos lleva a conectarnos de un lugar a otro y a dialogar, porque inexorablemente debemos pasar por allí todos de manera civilizada para continuar nuestro camino individual y colectivo, y seguir progresando de una vez por todas.

-Vos pasás primero, yo después, luego al revés y hasta podemos pasar juntos, pero antes nos podemos de acuerdo, ¿sí?

Ya nos hay grietas sino puentes. Este decreto nos hará sentir mejores y unidos más allá de nuestra falta de coincidencias. Por la unión y la tolerancia ¡Just singing in the rain!

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