Comportamientos de los niños y niñas con una buena autoestima

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Estimular la autoestima de los niños y niñas resulta de gran relevancia. Muchas veces, los adultos no tienen en cuenta que una forma muy importante de hacerlo, es inculcando en ellos la autonomía, la autoconfianza y la autoregulación en distintos aspectos de su vida.

No se trata de decirles cosas lindas todo el tiempo, -que en su justa medida les ayuda a su valoración, aprobación y a sentirse queridos-, sino que la clave es que ellos puedan aprender a resolver situaciones y aprendizajes solos, aún cuando les cueste. Ya lo decía la reconocida médica y pedagoga María Montessori: «Para que un ser humano aprenda, debe hacer las cosas por sus propios medios. Prueba y error es lo esencial en el proceso de aprendizaje».

Aquí señalamos algunos comportamientos de los niños con una buena autoestima.

Se expresan libremente

Los niños que tienen una buena autoestima logran expresar sus deseos y lo que sienten. Se dan la oportunidad de ponerse tristes y de ponerse contentos, de reírse y de enojarse. De esta manera nos damos cuenta de que pueden expresar libremente sus sentimientos.

Sonríen y disfrutan lo que hacen

También los vemos sonreír y disfrutar de las cosas que hacen. Es decir, pueden hacer algo que les gusta hacer, y contarlo. Eso es central, de la misma manera que les pasa a los adultos: es muy importante que una persona pueda encontrar si es feliz dibujando, corriendo o estando con amigos. Descubrir la posibilidad de lo que a uno le gusta hacer es primordial.

Pueden expresar aquello que no les gusta

Tan importante como identificar lo que les gusta, es que también identifiquen lo que no les gusta. Ese es el primer paso para poder poner límites (a los demás y a ellos mismos).

Se adaptan a diferentes situaciones

Ser lo suficientemente flexible como para adaptarse a situaciones diversas e inesperadas también forma parte de tener una buena autoestima. Estos niños no le tienen miedo a tener experiencias nuevas, porque saben que cuentan con los recursos necesarios para resolver cualquier situación adversa que se pudiera llegar a presentar.

Conocen sus fortalezas

Los niños y niñas con buena autoestima conocen sus fortalezas y sus debilidades. Esto les permite actuar y los hace sentirse mucho más seguros, ya que al saber por dónde ir también se sienten más libres.

Buscan ayuda cuando no pueden resolver algo

Lejos de asustarse frente a la adversidad, los niños con buena autoestima son capaces de pedir ayuda cuando no pueden resolver o lograr algo. Esto no está mal, sino todo lo contrario. Los adultos deben poder entender que es mejor que los niños consulten hasta que aprendan y no que por miedo al fracaso, se queden sin aprender y no pregunten cómo resolver las cosas. Para poder hacer esto, es imprescindible que los niños y niñas que sepan cuáles son sus puntos débiles y sus puntos fuertes.

Las equivocaciones no son vivenciadas como fracasos

Cada error es visto como un nuevo desafío, y no como algo a evitar o castigar. Por eso, no se frustran tanto como los niños que no cuentan con una buena autoestima. Para ellos, las equivocaciones no son vividas como fracasos, sino como parte del proceso de aprendizaje.

Fuente:  Romina Torrilla, Lic. y Prof. en Psicología (UNLP). Orientadora educacional/Ohlalá

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